EL PLACER DE HABLAR DE LOS DEMÁS

Hablar mal de otra persona es una manera de destruirla frente a los demás pero sobre todo de hacerlo dentro de nuestra mente y de nuestro corazón. Es una manera de agredir y violentar al otro para así crear la fantasía que yo soy superior.

Maledicencia es la acción y efecto de hablar mal de alguien y desacreditarlo, pero comúnmente utilizamos la palabra “raje” para referirnos a ella.

Quien habla mal de otro crea también la fantasía de tener “el poder de destruir” a la persona sobre la que habla, siendo esto realmente irreal. Hay quienes rajan en grupo para así poder creer que tienen autoridad para permitir que alguien sea” igual a ellos” o diferente de ellos.

El raje dentro de la familia puede ser peor, porque envenena los lazos interpersonales y siembra heridas que no siempre se pueden sanar.

Uno de los problemas emocionales más frecuentes es la envidia, que suele definirse como la tristeza por el bien ajeno; un sentimiento desagradable que se produce al percibir en otro algo que se desea y que dificulta el desarrollo del que lo sufre y sus relaciones con los demás. Considero que el raje es un ataque envidioso.

La envidia se produce como consecuencia de dos tendencias que llevan al individuo a desear lo que no tiene y a compararse con los demás; pero sobre todo busca destruir.

El envidioso es incapaz de ponerse en el lugar del envidiado, para poder comprender su situación, o de sentir empatía hacia él.

¿Qué significa sentir empatía hacia alguien? Significa sentir lo que siente el otro. Y es la base de la comprensión y de la solidaridad.

¿Cómo evitar que en nuestras familias el raje y la envidia crezcan hasta ser un  monstruo que nos destruya?

-Convertir el malestar emocional producido por la envidia en un motor para conseguir lo que uno desea tener, y controlar la hostilidad que dicha situación puede generar, evitando que deteriore las relaciones con los demás.
-Para prevenir la envidia es importante tratar de estimular la empatía y, a través de ella, la capacidad para ponerse en el lugar del otro.
-La envidia se produce siempre en situaciones que son vividas como una amenaza. Por eso, cuando uno es mayor utiliza el raje para destruir aquello sobre lo cual se siente amenazado.
-Crea en tu familia una cultura que no destruya, no aceptes el raje malintencionado de nadie. No prestes oídos a ello.
-Si tienes que “hablar” de alguien, hazlo con respeto así sea para hablar de su lado negativo.
-No hables mal de alguien para que tú brilles por oposición.